Generación de Artesanos Ecuatorianos
Sumérgete en la rica tradición de la elaboración del famoso Panama Hat, manos habiles ancestrales de Montecristi, Ecuador. Desde su inicio con mi abuela hasta su evolución bajo la dirección de mis padres y ahora, en manos de la tercera generación, nuestra página ofrece una experiencia única. Como fabricantes directos desde el corazón de su origen, te invitamos a conocer los verdaderos artistas detrás del mejor sombrero del mundo. ¡Explora con nosotros y sé parte de esta legendaria historia!
Primera Generación
En el pintoresco Montecristi, donde el sol acaricia suavemente las palmeras y el viento susurra secretos ancestrales, vivía María Elvira López Mero (+), una mujer cuyas manos eran hilos de magia. Desde temprana edad, aprendió el arte del tejido de sombreros de paja toquilla, un legado transmitido por generaciones en su familia.
María Elvira, con sus seis años, tomaba la paja con destreza, entretejiendo sueños con cada puntada. Su infancia estuvo marcada por la necesidad, siendo la mayor de sus hermanos, se volvió tejedora por la supervivencia de su familia. Pero lo que comenzó como una carga se convirtió en su pasión ardiente.
El destino la llevó por otro camino. A los 16 años, dejó las aulas para formar su propio hogar con Pablo Ignacio Franco Mero (+) , un hombre de corazón noble, con el tiempo, su familia creció con tres hijos: Nelly, Naty y Pablo. Pero la partida de su esposo dejó un vacío doloroso. María Elvira, con valentía, decidió que su arte sería su salvación. Dedica horas incansables a perfeccionar cada puntada, convirtiendo los sombreros en sus aliados para sostener a su familia.
Los sombreros de María Elvira se volvieron su legado, una sinfonía de historia y habilidad tejida en cada hebra. En Montecristi, su nombre resonaba como el de una leyenda, una artista cuyos sombreros eran más que accesorios, eran obras de arte.
Pero su legado no termina ahí, enseño a su Hijo el arte de hacer sombreros finos Pablo Andres Franco Lopez (+) un dato muy importante que marco la siguiente generación, uno de sus nietos, Bryan, un niño con una chispa de creatividad en los ojos, encontró en su abuela una musa y un mentor. Desde temprana edad, se sumergió en el mundo del tejido, aprendiendo los secretos de su abuela. María Elvira veía en él la continuidad de su legado, el heredero de su pasión.
Pablo Andres Franco López (+) , hijo de la célebre María Elvira, Nacido en Montecristi en 1972, fue el único de sus hermanos que se sumergió en el arte ancestral de los sombreros de paja toquilla. Tras la pérdida de su padre, su madre lo introdujo en los secretos de este oficio sagrado.
Con el tiempo, Pablo se convirtió en una figura destacada del cantón, especializado en el acabado y comercialización de estos sombreros. Inspirado por el legado materno, fundó «Montecuador», un emprendimiento dedicado a perfeccionar el proceso de elaboración.
Pablo fue uno de mejores artesanos de Montecristi, dedico toda su vida a confeccionar finos sombreros, el dio vida a sus hijos, Bryan – Jamilet – Pablo.
Junto a su esposa, María Mero Pachay, continúa la tradición familiar, llevando estos tesoros artesanales más allá de las fronteras, exportando el legado de Montecristi al mundo entero.
Segunda Generación
Segunda Generación
Tercera Generación
Bryan Franco Mero lleva consigo el legado de su familia con orgullo y determinación. Desde temprana edad, su abuela María Elvira (+) y su madre María Monserrate y pabre Pablo Franco (+) lo sumergieron en el arte del tejido del sombrero, sembrando en él las semillas de pasión y compromiso.
A medida que crecía, Bryan demostraba un insaciable apetito por el aprendizaje y una habilidad innata para los negocios. Sus estudios en comercio exterior e informática fueron el trampolín para su incursión en el mundo digital, donde encontró una plataforma para dar voz a los artesanos de Montecristi.
Hoy, como Administrador Montecuador, Bryan ha llevado la marca a nuevas alturas, utilizando estrategias innovadoras en redes sociales y marketing digital para posicionarla como líder en el mercado global. Pero su compromiso va más allá de las ganancias; su visión incluye el bienestar de las más de 80 familias de tejedores en Montecristi que dependen de la empresa para su sustento.
Con solo 28 años, Bryan se ve a sí mismo como un puente entre el pasado y el futuro, trabajando incansablemente para preservar las tradiciones artesanales de su tierra natal mientras busca oportunidades para la internacionalización de la empresa. Sueña con un futuro donde su hijo, y las generaciones venideras, continúen el legado familiar, manteniendo viva la rica historia de Montecristi y promoviendo el comercio justo y sostenible en todo el mundo. Su pasión y dedicación son un testimonio del poder transformador del amor por la tradición y el compromiso con el progreso.
Familia de tejedores Montecristi Ecuador
Sumérgete en el corazón de Montecristi, Ecuador, y conoce a los talentosos artesanos que dan vida al icónico sombrero de paja toquilla. Desde hábiles tejedores hasta expertos en el proceso de confección, cada foto captura la pasión y habilidad de esta familia de tejedores, manteniendo viva una tradición centenaria.